martes, 30 de diciembre de 2014

Diciembre de 2014.

Se acaba el año y hoy no me siento bien. Estoy trabajando para el que se supone es mi gobierno, de mi partido, y sin embargo todo lo hacen mal. No me siento cómodo, debería irme, pero no se donde.

Me he reunido con antiguos compañeros de colegio. Se acordaban de historias mías, a estas alturas míticas. Yo me reía nomás. Me acordé de que durante dos años me gustó mucho una niña, que iba dos cursos más abajo. Ella me empezó a mirar y no dejó de mirarme. Yo la miré de vuelta y nunca me convencí que ella, tan linda, se fijara en mí. Ahora la veo en facebook y está casada, con un tipo que no tiene nada especial.

Tengo un tema con las mujeres, soy demasiado tímido y demasiado cómodo. Tengo muchas historias y experiencias, soy muy bueno en la cama, todas las minas con las que he estado han seguido pendientes de mi, me siguen llamando, mandando mensajes, esperando que vuelva a estar con ellas.

Y sin embargo sólo he estado con mujeres que han tenido la iniciativa de demostrarme su interés más allá de toda duda razonable. Como que necesito que me pasen sus calzones y me digan directamente que quieren algo conmigo. Como que si solo me pasaran sus calzones, yo pensaría que me están usando como mensajero y que el destinatario sería otro.

Ahora estoy tirando con una mina del trabajo. No podemos ser mas diferentes, en todo sentido. Pero en la cama todo funciona muy bien. Se está enamorando de mi y yo sólo quiero tirar. No tengo idea que hacer. Lo peor es que en situaciones similares siempre he terminado pololeando, sin realmente amar o proyectar a esa mujer como parte de mi vida.

Estoy sano, tengo algo de plata, tengo un buen pedazo de pico, pero no tengo claro qué hacer ni con mi futuro ni con mi presente. Ando como el país, haciendo mal buenas cosas.

Ya he tirado la esponja con la mujer que me tenía encantado. Dejamos de hablar, dejó de responderme mejor dicho. Podría hacer algo muy ridículo como declararle mi amor, al menos para que lo sepa.