lunes, 6 de abril de 2020

¿A quien?

¿A quien decirle que si me da grave este coronavirus no quiero que me salven?
No quiero un ventilador mecánico ni aparatosas maniobras de resucitación. No siquiera no sufrir. A lo mejor este coronavirus es mi oportunidad de morir, ya que no me puedo matar a mi mismo.

El final del año pasado fue horrible en lo social. El país quemándose y partido en dos. Y este comenzó igual de mal, con la decisión más estúpida del año. Me demoré mucho en decidirme a arrendar un departamento y esta cuarentena me encontró, de nuevo, en la casa de mi mamá. Con mi hermana que está enferma y mi hermano que es un inútil. Lo único que se puede rescatar es que pude hacer las compras y esta familia tiene para meses de provisiones y mascarillas.

Estoy tan aburrido de mi vida que esta podría ser mi salida. Y todo se puede ir a la misma mierda. Ni siquiera tengo algo de optimismo. Hasta ayer tenía la meta de irme de la casa, esperando que la tercera sea la definitiva.

Estoy más que agotado, puedo morir y no tengo ningún incentivo para vivir. No es que todo me dé lo mismo, sino que no hay nada. Mis hermanos no son malos, pero una tiene una especie de retraso y el otro es un inútil cobarde y maricón. Si me muero mi mamá será mi única heredera. Eso está bien, pero lo terrible es que, eventualmente, mi hermano la heredará a ella. Esa idea me molesta mucho. Este par de huevones no se preocupa de nada. Yo saqué plata de mis ahorros para comprar un ventilador mecánico si fuera necesario, pero el par de brutos no hace nada. No sé si son tontos o miserables. Creo que mi hermana es tonta y que mi hermano es tonto y miserable.

Y acá estoy, sin poder hacer ejercicio. Haciendo teletrabajo solo por audio, dictando órdenes acostado en pijama, sin ganas de lavarme los dientes o afeitarme. Menos de ducharme o vestirme.

Hace unos días reinstalé Tinder con la versión de pago, y por la cresta que son feas las chilenas. Las que no son feas son cuicas. Y las cuicas son terribles, ya vengan en la versión hippie progre o en la versión cuica-cuica. He turisteado en todo el mundo. Las que más me gustan viven en Ucrania. Son muy bonitas las ucranianas. Tengo ene matchs, deben ser putas.

En España, en mi zona al menos, diría que el 80% tiene un anillo en la nariz. Las peores tienen uno que pasa por los dos orificios, parecido al que se les pone a las vacas en el campo. Y esos putos tatuajes enormes. No tengo tantos problemas con un tatuaje discreto. Una estrellita en el antebrazo. Bien. Algunas se ponen uno en todo el brazo, en la zona del hombro, o en todo el muslo. Lo encuentro del peor gusto posible. Me da asco.

Todo está podrido. Estoy atrapado en una vida de mierda, en una ciudad de mierda, en un país de mierda.