miércoles, 22 de diciembre de 2021

Me da pena

  Me da pena pensar en la mujer que podrías haber sido. Me da pena que no hayas querido seguir conmigo. Me da pena pensar que en un par de meses hablamos tantas cosas, hicimos tantos planes y todo eso quedará en nada. Me da pena dejarte atrás, pero es lo que tu has querido y no puedo sino respetar tu decisión, por mala que sea.

 Me da pena estar tan loco como tu, me da pena haber perdido tiempo presente pensando en un futuro, en el que te querías casar conmigo en una playa, en un matrimonio civil, sin Iglesia. Me da pena que seas tan drogadicta y que compartas marihuana con tu hermano chico que está tan complicado.

 Me da pena que tengas tan mala opinión de tus papás, me da pena que tu hermana se haya alejado de todos ustedes, me da pena que te sientas tan abrumada por el mundo y por tus deudas. Me da pena que hayas terminado conmigo de un día para otro. Me da pena que hayas preferido al drogadicto. 

 Me da pena que me hayas dicho que querías casarte conmigo, me da pena que me hayas dicho que querías tener un hijo mío. Me da pena pensar que podríamos haber empezado a sanar juntos. Me da pena que no hayamos hablado de que para ser mamá tienes que empezar a dejar de drogarte. Me da pena que no te haya alcanzado a decir que te vinieras a vivir conmigo, que si quieres trabajes desde una de las piezas de mi departamento, que te puedo mantener todo el tiempo que sea necesario, que puedo pagar tu isapre, que puedo pagar tus cuentas, que podemos hacer un plan para pasar los próximos cuarenta años juntos. Me da pena que no sepas que te puedo sostener mientras te pones en orden, mientras te desintoxicas, mientras terminas tu especialidad, mientras nos casamos y tenemos hijos.

 Me da pena pensar que en la cama no alcanzamos a hacer nada de lo que habíamos hablado tanto. Me da pena no haberte alcanzado a mostrar mi colección de juguetes y artefactos sexuales. Me da pena haberte bloqueado de instagram. Me da pena que mi hermano, que ubica a tu entorno, me diga que debo alejarme de ti. Me da pena que mi psiquiatra, que no sabe que tu eres tu, me recomiende que de vuelta la página y me aleje de ti.

 Me da pena que estés tan mal y tan frágil y no poder salvarte. Me da pena que ya no contemos con nosotros. Me da pena haberte tomado tan en serio. Me da pena ser tan intenso como tu. Me da pena haber construido castillos en el aire y pensar que te podía haber ayudado a ser una mejor mujer. Me da pena saber que has intentado suicidarte y que hace poco lo hayas pensado de nuevo. Me da pena pensar que algún día podría leer tu obituario y que no hubieses sabido que hubiera dado todo de mi para que nunca más pensaras en eso. Me da pena que se haya terminado la ilusión de haber al fin encontrado a alguien que me podría aceptar por quien soy. Me da mucha pena.

sábado, 18 de diciembre de 2021

Rata de dos patas

 A esta hora te odio y te desprecio. Todavía no vienes a buscar tus cosas. Las dejé en conserjería y al final las pedí de vuelta. Acá están. En el Instagram cambié el tema del chat por el de Stranger Things y luego a Frío. Pensé que el cambio sería solo para mi, pero lo viste y lo cambiaste a monocromático y luego a predeterminado.

 Me siento mal. En un mes pasaste de

"Que sea caliente no quiere decir que sea una puta" 

A

"Que te despierto el fin de semana bajo las tapas chupándote ese pico rico que quiero tener dentro… te gustaría despertar así? Y que después te me subas encima y me penetres duro porque soy tu putita".

 Lo peor es que estás tan mal en tu vida que parecías una buena pareja para mi. Podíamos habernos ayudado a ser mejores, a superar todo lo malo que nos ha pasado. Me siento traicionado como nunca antes en mi vida. Me mentiste y después quisiste ser sincera. No puedo valorar tu honestidad cuando me dijiste puras mentiras durante un mes. Y lo peor es que fueron mentiras en explicaciones que nunca te pedí. Quieres parecer una santurrona y eres una mina normal de 34 años. Eso no lo entiendo.

 Y ahora no sé que hacer. Si son tus cosas tu deberías estar pendiente de buscarlas. Creo que las dejaré en mi bodega. Te presté una miseria de plata y me la quieres devolver en cuotas. Me da lata estar en contacto contigo por meses. Si fuera un imbécil te diría que te quedes con la plata y la consideres un pago por el sexo. No sé porque me contengo, si te odio.

 




miércoles, 15 de diciembre de 2021

... no lo quita nadie

 A ver. Culiamos rico, me mandaste videos, estábamos toda la mañana tirando. Y hoy me dices que con tu ex se van a dar otra oportunidad. Se te quedó un cuaderno en mi departamento. Espero no haberme pegado alguna ETS contigo. Igual estabas bastante buena, eso sí, mejor en las fotos que en persona. Por suerte mi hermano me había advertido de ti. Solo te faltaba el pelo verde, pero votas por JAK y no eres vegana. 

Me dices que tu ex es celoso y que te reclama porque apareces conectada a las 5 de la mañana. ¿Ese es el problema? ¿Que yo no te celo? ¿Que no le pinto el mono a nadie? 

Solo ayer estaba hablando con un amigo en común. Si, estás muy buena, pero muy metida en la marihuana. No es posible que fumes todo el día, todos los días. Eso me tenía medio chato. Pero igual tengo los videos que hicimos, aunque por ahora no tengo ganas de pajearme contigo.

Al final en la cama tampoco estabas mal, pero tampoco una maravilla. Sí, estábamos culiando y cuando me decías que querías hacerme sentir cosas que nunca he sentido antes, te seguí el juego. No fue nada de otro mundo. Tampoco sé que fijación tienen estas minas con las putas. En 45 días pasaste de decirme "no soy puta" a "soy tu putita". No saben que el sexo con las pololas es mucho más caliente que con las prostitutas. Las minas "normales" no tienen tarifas por servicios, todas lo chupan sin condón, casi todas quieren sexo anal. Con las prostitutas de verdad existe una relación profesional y con tiempo. Claro, puede ser más barato una puta que gastar plata y tiempo en una relación, pero una "polola" es mucho más caliente que una "puta". Y es muy chistoso, las mujeres "normales", como tu, una psiquiatra, fantasean con ser sometidas y ser "mi putita". Y las prostitutas ofertan entre sus servicios el "trato de polola". 

En fin, doctora. Tienes demasiada marihuana, traumas y eres trabajólica. Tienes buenas piernas de antigua bailarina de ballet, buen culo, al menos bien formado. Poca pechuga. Te calentaba mi pico, cuando no estábamos juntos me mandabas audios a cada rato, diciéndome que seguías recuperándote de los orgamos que tuviste y de mi pico "gigante". Yo sé que es grande, pero tampoco tanto. 

En fin, me da lata que me mandes como 20 audios de WhatsApp con la historia con tu ex para decirme que lo van a intentar de nuevo. Podrías haberme dado menos la lata, no me interesa saber que el "mati" volvió de Australia y que ha estado soltero porque tu eres el amor de su vida bla bla bla. No me interesa el cuento. Ya no vamos a culiar más, ni vamos a salir a pasear, ni vas a dormir en mis brazos, ni vas a estar en mi cama. Mañana quieres ir a buscar tu cuaderno, en el que escribías tus añoranzas por tu ex en los mismos días que estabas conmigo. Tengo ganas de dejártelo con el conserje. Ya no estoy disponible para ti.

sábado, 20 de noviembre de 2021

Vivir y morir solo

 En este momento estoy chateando con cuatro mujeres. Tres chilenas y una japonesa.

Sobre la japonesa no sé nada. Puede ser cualquier persona, pero es un WhatsApp agradable.

De las chilenas: Una tiene 26, está bien buena, pero es antivacunas. Hace más de un mes que no hablábamos, la borré como contacto cuando me puse a pololear. Hoy me escribió.

Otra tiene 41, podría decir que es uno de los grandes amores platónicos de mi vida. Nos conocemos desde niños. Su vagina fue la primera que vi, en esos juegos infantiles de descubrimiento. Para variar yo era super tímido. Durante estos treinta y tantos años que nos conocemos hemos tenido onda muchas veces. A veces yo no la pesqué y luego ella no me pescó a mi. Ahora está separada y me late el corazón cuando leo sus mensajes. Tenemos una cita pendiente.

La última tiene 34. Ya he escrito sobre ella. Es mi problema amoroso. Es muy bonita, soltera, sin hijos. Votamos por el mismo candidato y por las mismas razones. El domingo pasado me escribió sobre sus gustos en la cama. Hasta el martes estuvimos bien, ella dice trabajar harto y no tener tiempo para salir a comer. Miércoles y jueves no contestó mis saludos. El viernes no la saludé y me escribió. Me dijo que realmente estaba complicada para salir a comer durante la semana. Le respondí y me puso corazoncitos. Anoche le mandé un meme y se río. Hoy vi sus historias de instagram y había puesto una de su pausa de almuerzo del viernes y otra con un meme de que a las 2 am estaba acostada sola viendo memes y series, con una canción sobre el amor de su vida. En mi inmensa ingenuidad pensé que podría tratarse de mi. Ella se quiere casar y ser mamá. Yo me quiero casar y ser papá. Le escribí y no me respondió. Borré los mensajes. Luego subió otra historia con la canción "What's going on". ¿Qué pasa? Parece que conmigo, nada.

En fin. En este rato, la mina con la que no hablaba hace un mes me había escrito solo para pedirme un favor. Le dije que no.

Y llego al final del asunto. No sirvo para conquistar. En todos estos años he tenido muchas pololas y he tirado un montón, pero siempre con minas que me han escogido. Como en "Leif Eriksson" de Interpol: 

"I'm just prey for the female

Well then hook me up and throw me baby cakes

'Cause I like to get hooked"

Pienso que mi problema es que no me gusta mentir. Y la psiquis femenina vive de mentiras. Dicen que quieren un hombre honesto y fiel, pero al mismo tiempo le gusta sufrir pensando que las pueden estar engañando. Dicen que les gustan los hombres atentos, pero solo actúan cuando sienten indiferencia. Cuando veinteañero un amigo me dijo que a las mujeres había que tratarlas con el látigo de la indiferencia para que se revuelquen en el colchón de la desesperación. Sí, eso funciona. ¿Cuál es la gracia?

Yo no sirvo para seducir, si eso significa mostrar solo lo atractivo. Ya no me interesa solo culear. Quiero algo importante para mis próximos 40 años. Parece que no será así. 



jueves, 18 de noviembre de 2021

Lo peor

Lo peor es empezar a acostumbrarse a una rutina. Tener a alguien a quien darle los buenos días y las buenas noches. Empezar a entrar en los misterios del alma de otra persona y dejarla entrar a la de uno mismo. 

Lo peor es terminar de estar con una mujer de carne y hueso. Yo estaba feliz mirando porno. Una buena paja es mejor que muchas de las relaciones que he tenido. Me revitaliza. 

Acá estoy, extrañando una rutina que no alcanzó a madurar y que luego de un atisbo de amor me ha dejado con ganas de tirarme por el balcón.

¿Sería todo?

Ni te pregunto y me cuentas como te gusta el sexo. No tienes tiempo para juntarnos y luego me dices que puedes cualquier día, pero tarde. Estás trabajando un montón.

Son las 11:25 de un día jueves y sigo acostado. Ni siquiera he tomado desayuno. Anoche viste mis mensajes a la 1 am. No me respondiste. Hoy te saludé de nuevo. Tampoco hay respuestas.

¿Cómo pasaste de tanta onda a la indiferencia? ¿Será solo que tienes mucho trabajo? Me estabas gustando un montón. Desde que leí tu descripción en Tinder y vi lo linda que eres me has interesado. Cuando hicimos match no lo podía creer. Te escribí en un tono tan intenso como el de tu descripción... y cancelaste el match.

Después averigüe tu nombre y te agregué en Facebook. Aceptaste mi solicitud. Vi que teníanos algunos amigos en común. Me puse a pololear y todo quedó ahí. Pasó ese mes y me seguías interesando. Le pregunté por ti a una amiga en común. Ella me dio tu instagram. 

Te empecé a seguir y pediste seguirme. Te saludé hace una semana. Empezamos a hablar todos los días. Y ya llevo dos sin saber de ti. Supongo que debo dejar de insistir. Si quieres me hablarás y si no pasa nada, habrá sido todo.

miércoles, 17 de noviembre de 2021

Hola

 Hola que pasa que no me has escrito en todo el día. ¿Hay algún problema? Me dices que te quieres casar y que tengamos hijos, me dices cosas tiernas, me cuentas como te gusta el sexo ¿y desde anoche no me respondes? Supongo que solo has estado ocupada. No me gustaría que lo nuestro termine así. 


martes, 9 de noviembre de 2021

Ex polola

Durante el último mes estuve pololeando. Terminaron conmigo la noche del sábado para el domingo. Fueron 30 buenos días. A ella la conocí en Tinder. Tiene 21 años. Es la relación con la mayor diferencia de edad que he tenido en mi vida, aunque pensaba que si sumaba todos los años de diferencia que tuve con mujeres mayores que yo, llego fácil a 20. 

En el principio su edad no era tema. Sus fotos estaban bien. Era flaquita y simpática. Ella fue la que me habló, rápidamente le pedí el teléfono y me lo dio, la cosa fluyó bastante bien. Teníamos muchas coincidencias, los dos somos (o éramos o fuimos) personas de centroizquierda. Ella estaba muy molesta por el rollo de sus primas feministas, quienes le cuestionaban que pensara en casarse y tener hijos. Viajé a conocerla. Como algo curioso, me preparé mucho para viajar. Fui a cortarme el pelo, le compré chocolates y flores. La pasé a buscar y fuimos a almorzar a un restaurant con buenas calificaciones, pero que estéticamente era vulgar. Parece que a la gente le gusta porque las porciones son grandes. Pedimos lo mismo, un filete especialidad de la casa. Eso era una de las cosas geniales de ella: Era femenina y no feminista fanática, le cargaban los veganos, comía carne y no comía mariscos ni pescados. Super compatible conmigo. No pudo cortar la carne y le pregunté si le cambiaba el cuchillo, me respondió que pensó que me iba a ofrecer a cortarle la carne. Hice eso, le corté la carne como si fuera una niña. 

Luego del restaurant salimos a dar vueltas por la ciudad en la que vive, a la que llegó hace menos de dos años, y no conocía mucho. La llevé a la playa, a otros pueblos cercanos, anduvimos toda la tarde en mi auto. Le tomé la mano y me la apretó. Volvimos a la ciudad y estaba todo cerrado. Ella me dijo que por qué no íbamos al departamento que yo había arrendado y pedíamos algún delivery. Eso hicimos. Luego se metió en mi cama, entre los plumones, con ropa. Hice lo mismo. Nos dimos algunos besos, aunque en realidad no eran besos propiamente tales, sino que me mordía el labio inferior con fuerza. Me gustó. Traté de meter mano, pero no le gustó. Estuvimos acostados como unas 5 horas, conversando y con algunos besos. No se quería ir, pero vive con su hermana y tenía que volver a su casa. La fui a dejar y quedamos de almorzar juntos al día siguiente. 

La pasé a buscar y fuimos a un super restaurant en otra región. Me contó alguna historia de una familiar que había salido de la región con el pololo y la abuela se había espantado. Almorzamos, la volví a dejar y retorné a mi ciudad. Eso fue sábado y domingo. El jueves siguiente viajó a mi ciudad. Le compré pasajes en bus. Pasamos la noche del jueves para el viernes juntos. Se sacó la ropa y quedó en calzones, con una polera mía. Me había dicho que estaba con la regla y preguntó si me molestaba que mancháramos las sábanas. Le dije que era mi cama y mis sábanas, así que no había problema. Una vez acostados, tampoco quiso tener relaciones. Si le agarré las pechugas y eran sorprendentemente grandes. Vimos algo en Netflix y después de horas en eso le dije que no aguantaba más el dolor de los testículos y que iba a poner una porno para correrme una paja. Me dijo que le podía agarrar una pechuga. A esas alturas habíamos hablado harto de sexo, a ella le gustaba el sexo duro y veía porno BDSM. Puse una porno que era algo en ese estilo y empezó a salibar. Literalmente se le hizo agua la boca. Se empezó a masturbar por arriba del calzón. Me pidió que la tratara de puta, cosa que hice y se volvió loca. Ahí sí me besó como corresponde, con lengua, y una vez que acabó la tomé y le hice una irrumación. Sonó cuando se atragantaba y acabé en su boca. Se tragó todo el semen, que fue harto. 

Al día siguiente le serví desayuno. Seguimos acostados mirando cosas que le gustaban a ella y en un momento me pidió ver de nuevo una porno en el computador. Puse una y se volvió loca. Buenos besos, se pajeaba, le mordí las tetas, le mordí los pezones tan fuerte como pude, se las agarré con las manos y sentí que se las iba a despegar del cuerpo de todo lo que la apretaba. Eso le encantó. Le gusta el dolor, pero no quería sexo anal ya que como católica (?) sentía que debía llegar con algo virgen al matrimonio. Después que ella acabó, bien rico, como me gusta a mi, que giman más que griten, le ordené que me lamiera e hiciera sexo oral. Le dije que metiera su lengua entre mi prepucio y el glande. Obedeció a todo. Acabé en su boca y nuevamente se tragó el semen. Me dijo que le encantaba que yo fuera dominante, porque ella es sumisa. Y yo no soy dominante, sólo sigo la escuela de Rocco Siffredi, a las minas trato de matarlas con el pico, eso es todo.

Le pedí que se quedara todo el fin de semana, pero no quiso. Se fue. En ese momento, después de haber pasado casi dos años en abstinencia-covid, pensé que había encontrado a mi última mujer. Sí, era chica, pero se vestía muy bien. Ropa decente, elegante. Mucho mejor que mujeres de una edad más apropiada y que andan con esos horribles jeans rotos. U otras mujeres que son 10 o más años mayores que ella y que se tiñen el pelo verde o rosado o que se rapan un costado. En fin, era una niña bien que quería ser una puta en la cama. En esa ilusión mía, borré mi cuenta de Tinder... y se lo dije. Perdí años de esa aplicación, con más de 200 matches en dos continentes, con conversaciones que habían quedado pendientes, etc.

En la semana siguiente ella viajó a su ciudad natal. La cosa se puso rara porque me exigió que no la llamara por teléfono. Hasta el momento habíamos conversado todos los días. Me decía que le complicaba estar hablando conmigo y que la sorprendieran en su casa, así que para evitar tener que dar explicaciones, no habría comunicación telefónica. Solo WhatsApp y mensajes de audio. Antes de que ella viajara le quise dar las buenas noches (todos los días nos dábamos los buenos días y las buenas noches) y como no me respondía, la pinché. Se indignó. Me dijo que la había pasado a llevar, que no la respetaba, etc. En ese momento me copé y borré las conversaciones de Wsp. Supuse que todo se había terminado. Me empezó a escribir y retomamos la relación. 

Durante esos días hablamos de sexo. Ella quería sexo duro, que la amararra, que le diera correazos, que usara vibradores. Compré de todo eso. Creo que gasté unas 300 lucas en artefactos. El fin de semana que pasó sería nuestra primera vez. Viajé a verla, la pasé a buscar, estaba enojada. Se le fue pasando, caminamos de la mano, fuimos al restaurant donde hice una reserva. Todo bien. Terminamos y fuimos al departamento que había arrendado. Íbamos a estar juntos del sábado al lunes. La tarde del sábado fue buena, terminamos de ver una serie que le gustaba y me sentía el hombre más afortunado del mundo. Tenía en mis brazos, en calzones y una polera mía, a una chica preciosa. Es la mina más flaca con la que he estado. Literalmente podía rodear su cinturita con mi brazo. Con piernas bien proporcionadas y unas tetas enormes, que se le salían hacia los costados. Cuando se reía se le iluminaba la cara y tenía margaritas. En fin, como dije, esa tarde fue super buena. Rechazó cada uno de mis avances, aunque se puso cucharita para que le agarrara las pechugas. También me mordió. Lo raro fue cuando reclamó, como tantas otras veces, porque yo tenía el pico erecto... y le dió dos combos. No me dolió, pero lo encontré muy raro. Cuando terminó (¡al fin!) su serie, que a todo esto tenía hartas escenas de sexo, pensé que sería el momento de nosotros...

No fue así. Ella quería mirar alguna otra serie. Cuando iba a poner una le dije que esa no, porque yo ya la había visto. Respondió que ella no. En ese momento me molesté y empezamos a discutir. Yo no entendía porqué no quería culiar. Ahora han pasado tres días, y cuando pienso en esto, me cuestiono si a lo mejor ella quería que yo la violara, es decir, en esas cosas de ahora que son "consensual non-consent", algo así como sexo consensuadamente no consentido (CNC). Bueno, evidentemente yo no lo iba a hacer. Y luego conversamos. Se puso a llorar porque su mamá no la quería y siempre le reprochaba que ella fuera cercana a su papá. Yo pensaba que los daddy issues se provocaban por papitos corazón ausentes y que las minas querían llenar un vacío metiéndose con un tipo que les evocara al papá. En este caso, su papá era harto mayor que yo, así que no sé si sería el caso. Pero sí, ella tenía una relación extraña con su papá. Entre muchas cosas, me dijo que estaba confundida, que no sabía lo que quería, que esto iba muy rápido, que no quería cometer los mismos errores que en relaciones pasadas, donde hubo mucho sexo y al final la gorrearon o se dio cuenta que la querían solo para la cama. No sabía qué hacer con su vida. 

Me di cuenta de mi error. La había considerado por lo que ella declaraba, pero, en realidad, por más madurez y claridad en sus dichos, seguía teniendo 21 años y andaba tan perdida como todos lo estuvimos a esa edad. Me había dicho que si quería me devolviera el domingo y le dije que lo estaba pensando. Eso le dolió. Esa noche dormimos distanciados, a diferencia de las otras ocasiones en que lo hacíamos abrazados. De repente ella despertaba, me abrazaba y me preguntaba si yo había estado llorando. Eso era raro, nunca he llorado. Pero bueno.

A esas alturas yo estaba bastante chato, me sentía enojado conmigo mismo por estar siendo manipulado por una cabra 20 años menor. Pensé que a lo mejor ella estaba conociendo a otras personas y quería congelarme un rato, a ver si encontraba algo mejor. Reinstalé Tinder y claro, su perfil seguía activo. Despertó y me abrazó, me empezó a acariciar el pelo, cosas tiernas. Yo trataba de retribuirle, pero me rechazaba. En eso tomamos nuestros teléfonos. No sé si ella miró su Tinder y me vió, o se fijó en la App instalada en mi pantalla. Me reclamó. Le dije que la había reinstalado para ver si ella seguía activa y replicó que mejor le hubiese preguntado a ella. Su perfil seguía activo, "pero ya no se metía"...

Eran como las 9 am y me dijo que a la 1 se iba. Tampoco entendí eso. Se podría haber ido altiro. Durante la mañana conversamos, traté de acercarme y me rechazó permanentemente. Para variar hablamos mucho sobre sexo. Le conté que había comprado una pila de cosas que ella había dicho que quería, y se los mostré. Le llamaron la atención los juguetes. Ya había usado algunas cosas de BDSM. Me pidió que le llevara desayuno, me mostraba memes, se reía. Todo más o menos normal. Cerca de las 2 me preguntó si la iba a dejar o pedía un Uber. Le dije que la fui a buscar y que la iría a dejar. A esa hora me había dicho que lo había pensado y que quería estar sola. No sentí nada. La fui a dejar, bajé sus cosas y le di un abrazo. Me dijo que le avisara cuando volviese a mi ciudad. 

Aún me quedaba toda una tarde y una noche. No me iba a ir de esa ciudad sin haber tirado. Busqué páginas de escorts y di con una colombiana bien bonita. Cobraba 50.000 la hora, le dije que quería dos. Llegó al departamento y era una auténtica profesional. Una terapeuta del sexo. Le conté mi situación. Me pidió ver la maleta con juguetes, los prendimos, se sorprendió por la buena calidad que tenían. Se puso un par de cosas y pasamos a la cama. Como siempre había sido en mis antiguos asuntos con prostitutas, me hizo sexo oral sin condón. Fue la mejor garganta profunda de mi vida, incluso le salieron lágrimas. Mi erección casi parecía un obelisco, ya no me acordaba cuándo había sido mi última cachita, espero que fuese a fines de 2019, pero ni de eso estaba seguro. 

Harto sexo oral, me puso condón y empecé a penetrarla. Mucho rato. Demasiado rato. Se quejó porque me había olvidado de meterlo despacio y llegué y se lo puse. Lo retiró y dijo que primero tenía que saludar y después entrar. No sé cómo se me había olvidado esa precaución, si incluso la que a esa hora era mi ex me había advertido que se lo metiera despacio pues su vagina era estrecha. En fin, estuve como una hora dándole y no podía acabar. Claro, esa es una de las razones por las cuales soy monógamo: Me cargan los condones. No siento nada y no puedo acabar. Después de como una hora dándole al asunto, el pico se me había cansado, y ella también. Paramos un instante y volvió a chupármelo. La tomé y la puse para hacer un 69. Acabó y se corrió dos veces. Luego se montó arriba mío, como que se subió arriba del obelisco que había vuelto a ser mi pico y empezó a empalarse con fuerza. Salía y volvía a sentarse encima en forma brutal. Han pasado dos días y siento dolor en el pubis, pero me acuerdo y me río. Tampoco acabé con eso. Supongo que son los famosos movimientos de las prostitutas caribeñas que hacen acabar tan rápido a los chilenos.

Después siguió lamiéndome según mis instrucciones mientras yo me masturbaba. Me preguntó donde quería acabar, me dio opciones, no le respondí. Luego me preguntó si quería acabar en su boca. Esa era la pregunta que yo quería oír. Dijo que se lo iba a tomar todo y que iba a hacer gárgaras con mi semen. Seguí pajeándome y empecé a acabar. Le avisé y me lo empezó a chupar. Acabé en su boca... mucho semen. Muchísimo. Otro tanto ya había saltado sobre mi abdomen. Lo que alcanzó a entrar en su boca, fue al baño a botarlo, dijo que era mucho para tragárselo en una primera cita.

Ya había pasado una hora y media de las dos horas y yo estaba feliz. Cuando acabé me reí como hace tiempo no lo hacía. Fue un momento de auténtico éxtasis. Seguimos conversando, me contó de su vida, de sus orígenes, de los problemas con sus familiares (hartas cosas parecidas a mi ex...). Después de nuestra sesión iba a ir al cumpleaños de una compatriota suya que había conocido a un hombre en Chile y se había casado. Se convirtió en dueña de casa y abandonó el oficio. No encontraba uber ni nada de eso, así que me ofrecí a llevarla. La fui a dejar y nos despedimos con un besito en la boca. Estaba preocupada de que no me perdiera en el camino de regreso, así que le avisé que había llegado bien. Me respondió como cuatro horas después, a la 1:30, preguntándome si seguía en la ciudad o había viajado de vuelta.

Volví al departamento y tenía una llamada perdida de mi ex. La llamé de vuelta y dijo que me había llamado solo para saber como estaba. Le dije que se me había hecho tarde y que me volvería temprano al día siguiente. Puso voz de decepción porque me iba antes de almuerzo. Le dije que me podía quedar y almorzábamos juntos. Dijo que si y que me iba a avisar.

En la mañana siguiente me junté con una ex de hace 15 años. Fuimos a tomar desayuno, conversamos, lo pasamos re bien. Terminamos y seguimos como amigos, aunque lo curioso fue que mientras me contaba cosas de su hija y le comenté que no se preocupara porque yo a esa edad hacía cosas parecidas y al final resulté normal, se rió y me dijo que normal, normal, no, pero sí funcional.

A eso de las 10:30 volví a departamento, hice algunas compras y emprendí el retorno. Mi ex, como era de esperar, no me escribió ni llamó. Le avisé que había llegado a mi ciudad, en un tono frío, y me respondió inmediatamente, en el mismo tono. Luego borré nuestras conversaciones.





martes, 28 de septiembre de 2021

Luz

 Estos días han estado soleados y al fin preparo mi salida de la casa. Ya arrendé un departamento. Tengo que organizar mis cosas. Tinder ha andado bien, ya estoy en conversaciones con una chica. Y hace un rato pasó algo espectacular. En Tinder había visto a una mujer preciosa. Pensé pucha que me dan ganas de conocer a alguien así. Y hoy me hizo match. Estoy buscando información sobre ella. Puede ser. 

martes, 31 de agosto de 2021

Sueño raro

Anoche soñé contigo y fue raro. Había algo sexual, estabas desnuda y con otras personas. De pronto parecía una danza africana. Tu y otra mujer tenían una especie de colgante a que les atravesaba la piel del abdomen y así bailaban. 

Quizás ahora eres lesbiana. Desperté y me habías escrito por primera vez en casi dos meses. No me siento mal, pero no me produjo gran emoción. Preferiría dejar de soñar contigo y nunca más pensar en que hubo un nosotros.

miércoles, 4 de agosto de 2021

Lindo sueño

Dormí y tuve un sueño que me hizo despertar contento. Como en todo sueño no sé cómo llegamos a ese lugar, la casona de mi abuela. Hace más de un año que no voy para allá, hoy solo vive una tía solterona y con el covid es mala idea andar visitando gente. Pero en mi sueño el personaje principal era una chica que me gustó mucho y con quien tuve onda hace varios años. Era la hermana menor de la polola de un amigo, y en la época en que me buscaba yo la encontraba muy chica, diría que ella estaba en segundo o tercero de la universidad y yo ya tenía 30 años. En el sueño ella estaba con sus hermanos y su marido, que eran personajes borrosos alrededor de la gran mesa del comedor principal. Hablábamos tonteras de nuestra profesión y nos reíamos. Lo curioso es que ya no me acuerdo de su voz, pero en el sueño sí la oía. 

Desperté en forma abrupta. A ella se le había perdido su perro y lo estábamos buscando. Le pregunté a la nana de mi abuela y me dijo que lo fuera a buscar a su pieza. Fui a las habitaciones de los empleados, en las que en épocas pasadas hubo muchos, y la puerta de la pieza de la nana se abrió de golpe, como en las películas de terror, y me mordió un perro. Eso no me dio susto, fue simplemente la señal para despertar y empezar el día.

Escribiendo pienso en ella. Tenemos 10 años de diferencia. Nunca la pesqué mucho. Me gustaba, pero yo estaba en otra relación y soy fiel. La última vez que la vi fue el 2016, a la salida de un recital. Yo fui solo, gordo, soltero y derrotado. Ella andaba con su familia, mi amigo me divisó y corrió a saludarme. En eso estaba cuando ella apareció con su pololo. Nos saludamos bien. Después caminamos un rato con mi amigo y el pololo de ella. Un buen tipo. Al año siguiente murió mi papá y ella me envió un mensaje de condolencia, bien bonito. Luego se fue con su perico al extranjero, el año pasado se casaron, y a veces la veo con el pelo rosado. Me borró de facebook, pero seguimos en Instagram. 

También pienso en mi familia materna. Tantas habitaciones y tanta diferencia espacial con los empleados. Yo solo vi esos espacios, en mis años solo hubo una nana puertas adentro y otras dos nanas puertas afuera. En la época de la mamá había chófer, jardineros, tres nanas. Todos vivían en la casa. El hijo de una de las nanas ahora es alcalde en una comuna periférica. Y así dicen que no hay progreso social en Chile. 





miércoles, 12 de mayo de 2021

El resentimiento

 Una ex polola, hija de un empresario millonario, decía ser resentida. Ya no hablo con ella, así que no tengo idea por qué dirá algo así. Sí, claro, no es de las familias dueñas de Chile, pero si tienes empresas, propiedades, casas de veraneo, lanchas, etc., ¿qué le faltará? ¿Resentirá no tener un helicóptero? Pero sus dichos me pusieron en estado de reflexión. ¿Seré yo un resentido?

 El resentimiento siempre me ha parecido patético. Parece que sí tengo algo de eso. Hasta hace unos años no podía quejarme de las mujeres en mi vida. Hace siete años terminé la última relación que tuve con alguien más o menos de mi clase social. Después de eso he estado con minas más pobres, tipo secretarias o estudiantes. Supongo que para ellas sí soy deseable, pero para las minas de mi clase soy pobre. Eso es complicado porque una vez que asumes que lo material es tan importante todo parece una transacción, y el amor transaccional es como una forma de prostitución. 

 Durante el último verano tuve plata y planes. Ahora sólo me queda la plata. No tengo planes de nada. Lo único que me alegraría sería un buen resultado en la política. Si los zurdos no sacan los 2/3 de la convención sería un triunfo. Pero eso es algo a lo que he contribuido muy poco. He aportado algo de plata y buscado la unidad del sector, rechazando todos los ofrecimientos para haber sido candidato.

 Es muy poco, muy miserable vivir así. Pero no tengo remedio. Estamos en pandemia y estoy hecho mierda, física y anímicamente. Hay una mina de mi colegio que me jotea, pero no es muy bonita. Creo que se le pasó el tren. Me dice que no quiere tener hijos. Al menos compartimos la rabia contra los demagogos que están destruyendo el país. Después está una amiga extranjera, que hace meses me tiene aburrido, pero de tanto en tanto reaparece y conversamos por horas. Quiere tener hijos y venir a verme, pero en su whatsapp tiene una foto con su novio. Yo creo que algo me quiere y lo que me gustaría hacer sería declararle mi amor y que sea lo que sea. Si me corta, bueno, creo que quedaría más tranquilo. Después de hablar todos los días de la semana pasada, me escribe en el muro de Facebook y ahora me deja en visto dos días seguidos y sube una foto de perfil con el feo de su novio. Estoy enojado, entonces tampoco le digo nada, porque quizás le hablaría con rabia. 

 Y así pasa otro día más, en que trabajé toda la mañana y en la tarde me lo pasé sin hacer nada productivo. Hoy te odio y te desprecio.


domingo, 7 de febrero de 2021

Nublado.

Estos últimos días me había sentido muy bien. El viernes hasta salí a trotar a las 7:30. He bajado 2 kilos de los 11 que llegué a subir en el 2020. Extraño mis sesiones de HIIT, mis 10.000 pasos diarios y, sobretodo, mi ropa. Salvé todas mis actividades del año pasado con 4 chaquetas y 6 camisas, que son las que aún me podía poner. 
Después del 29 de enero me sentía super bien. Estaba de vacaciones. Había cumplido mis deberes de posgrado. Ya no tenía que trabajar más hasta marzo. Había empezado a mirar algunas propiedades, pensando en comprar algo.

Hay un departamento por acá cerca y lo podría comprar casi al contado. El barrio es bueno, pero el edificio no me gusta tanto, los departamentos tienen balcones minúsculos. He estado dos veces en departamentos de ese edificio, una vez hace muchos años atrás, carreteando, y otra hace poco. En fin, tiene buena ubicación. 

También estaba analizando, con mi hermano, vender un departamento, poner algo más de plata y comprar dos de 1 dormitorio. Por alguna razón, el precio de arriendo es relativamente similar. Claro, para el arrendatario es conveniente pues los gastos comunes son menores, entonces paga menos plata. Para uno, como arrendador, es mejor negocio tener 2 departamentos de 1 dormitorio que 1 de dos.

Entremedio de este optimismo ocurrieron dos eventos que nublaron el panorama. En Panguipulli, un policía mató a un malabarista y los delincuentes quemaron los edificios públicos. Seguirán quemando todo hasta que no quede nada en pie, entonces empezarán a quemar personas. Eso debería ser una señal de alerta para emigrar de este país. Vender las cosas y llevarse los dólares. ¿Para dónde? España siempre ha sido la opción, aunque también tienen problemas con la locura de la época.

Además había estado alegre porque había conocido una minita por Tinder y estábamos hablando harto por Instagram. Buena onda, aunque se saca más fotos en pelota de lo recomendable y sigue en el pregrado a los 26 años.

Mi amiga italiana, la que tiene novio, me empezó a preguntar si yo estaba bien, porque según ella yo cerraba el whatsapp cuando ella me hablaba. Pero solo quería que la ayude a corregir la redacción de un artículo. Como soy un estúpido, por supuesto que la ayudé. Ella tiene un novio latino, ¿por qué no le pide ayuda a él? 

Los días entre la inscripción de las listas para la elección de convencionales y la destrucción de Panguipulli fueron buenos. Daban la idea de que habría un país después de todo. Ahora, de vuelta a fojas cero, a la incertidumbre sobre el país y sobre mi vida. Para gobernador, alcalde, consejero regional y concejal, votaré por lo que siempre ha sido mi espacio político. Para convencional, votaré por alguna mujer de la lista de la derecha. 

En mi vida personal, quizás haga la estupidez de arrendar un departamento, es decir, hacerle el negocio a otra persona. Otra opción es posponer cualquier decisión hasta el 11 de abril. Si la derecha pierde un poco de su votación, pero se mantiene en el 40% de los votos, no debería pasar nada extremo. 

¿Qué puedo hacer mientras tanto? Terminar mi doctorado. Asumir el nombramiento de juez árbitro. Conformarme con la colección de 150 matches en Tinder. Creo que eso será el plan de sobrevivencia hasta abril. En esa fecha hay que volver a evaluar las opciones. Cambio y fuera.


sábado, 23 de enero de 2021

País culiao.

He salido a caminar por la ciudad y me he encontrado con calles y pasajes que no conocía. Hay un pequeño barrio que me recuerda mis paseos por Westminster, en Londres. Hay una plaza. Debería tratar de averiguar qué pasará con ese barrio, hasta el momento se mantiene incólume, aunque empieza a estar rodeado de edificios. Es el sector clásico de la ciudad. No entiendo la manía de irse a vivir lejos del centro. La casa es bonita y el precio es razonable. Podría pagar la mitad al contado. ¿Será sensato comprar una casa cuando hay gente dispuesta a quemar Chile? Por un lado, puedo verlo como mala suerte, en el sentido de que cuando tengo algo de plata, las cosas estén tan revueltas. Por otro, no es tanta mala suerte tener plata en efectivo por si fuera necesario irse del país. Estoy lejos de ser un hombre rico, tengo pocas cosas a mi nombre. Si pudiéramos vender a buen precio los bienes de la sociedad colectiva familiar, creo que mi parte andaría cerca de 1 millón de dólares. Para ser rico en Chile hay que tener 10, así que estoy muy lejos de esa posición. En Estados Unidos hablan de la "clase media sólida", supongo que eso me describe mejor. 
Si el país no estuviera tan convulsionado, podría comprar esa casa. Incluso, podría comprarla para arrendarla, y vivir en un departamento más chico mientras siga soltero. 

sábado, 16 de enero de 2021

Me aburriste.

 Me gustaría decirte que te vayas a la reconcha de tu madre, pero lo encuentro tan deprimente que solo te he borrado de mis contactos. Espero tener la suficiente fuerza de voluntad para no volver a escribirte. 

No es justo que hablemos de nombres para hijos, de cuantos hijos te gustaría tener, que me recomiendes películas, que me mandes memes, que me compartas videos, que me digas que estás desesperada y que no me cuentes por qué. Que me pidas videollamadas. Todo es cuando tu quieres. 

A tu favor tienes que eres relativamente astuta, hablas varios idiomas, eres más bien bonita y no usas esos pantalones de pendeja con las rodillas rotas. En contra, que andas bordeando los treinta y vives con tu mamá, todavía no te titulas, eres fumadora y celebras las leyes pro aborto, y estamos a 12.000 kilómetros de distancia.

Creo que eres una mina cobarde, que se esconde tras la ilusión de un novio que tiene a 10.000 kilómetros de distancia. Quédate con el y vete a la mierda.