lunes, 14 de diciembre de 2020

Eso. El adiós.

Me molesta que tengas novio. Hace unos días nos pasamos toda una tarde hablando, y me he pasado todo este año pensando que me gustas. Pero sales con tu novio en tu foto de perfil. Eso está mal. Debería ser el adiós. 

lunes, 7 de diciembre de 2020

Calma. Cálmate.

Te acabas de poner una polera veraniega. Te queda apretada. Has subido 10 kilos desde marzo. Tuviste que dejar de ir al gimnasio. Llevas 9 meses encerrado. No caminas. No te mueves. Con suerte haces flexiones de brazos, muy de vez en cuando. Ni siquiera intentas hacer tiburones. Pero no te desesperes. Lo primero es que tienes que dejar de comer tanta basura. Ignora esos tarros de Nutella y esa mantequilla de maní. Te acabas de cambiar de polera, por una que te queda algo menos ajustada. Te la sacas. Te pones una XXL, de esa época en la que estabas mórbido y te queda grande. Ahora estás obeso y no tienes ni gimnasio ni puedes ir a la nutricionista. Te pesas en tu pesa moderna y a veces has perdido kilos de músculo. Quieres perder grasa, pero no has podido. Calma. Toma agua. Toma tus vitaminas, come tus proteínas. Dejar de comer golosinas. Guarda esos chocolates y ese turrón que te regalaron. 

Te da susto pesarte porque habías perdido 3 kilos de grasa y temes haberlos recuperado. No te asustes. Deja de comer golosinas y pésate en dos semanas más. El 21 de diciembre. Estarás mejor. Sigue con tus ejercicios. Estás en cuarentena, pide un permiso para salir a caminar. No te preocupes tanto si pierdes musculatura. Ya la recuperarás. Trata de bajar de talla. Algún día volverás a la calle y tus trajes te están esperando. Te tienes que recuperar. 

jueves, 26 de noviembre de 2020

26 de noviembre de 2020.

Usualmente veo porno en xvideos. Tienen películas antiguas, es el porno que veía hace 20 años. Ayer, para variar un poco, entré a pornhub. Llegué a una cuenta, "My Little Swallow". Es una pareja rusa. Increíble. La actriz es maravillosa, preciosa, rica, caliente, sumisa y lúdica. Por primera vez en mucho tiempo he visto una práctica sexual que no conocía: Al hacer sexo oral ella mete la lengua entre el glande y el prepucio. Eso nunca lo había visto.

Ha sido toda una novedad en este 2020, tan lleno de desgracias. Covid, cuarentena, muertes y es el primer año del siglo en el que no tengo relaciones sexuales. Mi última relación estable terminó en 2013. Entre el 2014 y el 2019 tuve tres amigas con ventaja. Con una de ellas fue algo relativamente estable, pero solo para tirar, ir al cine o salir a comer. 

Desde mi primera vez, a los 17 años, hasta este 2020, nunca había estado sin tirar. Diría que mi mejor época fue entre los 24 y los 34. Fui todo un campeón en la cama y lo curioso es que sin hablar, esa potencia y apetito sexual se proyectaba. En ocasiones me tiraban la talla que era como Sting y, otras veces, incluso hablaban de mi pene, como que fuera enorme. Y la verdad que no es tan grande. A veces me parece que se me ha achicado por el no uso.

Este 2020 ha sido el año más adolescente de mi vida adulta. Encerrado en la casa, sin salir, sin tirar, sin tomar. El otro día se conectó una sola alumna y quedé algo caliente por el mero hecho de oír su voz. Por interactuar con una mujer. Fue raro. Por supuesto, no me acuerdo de su nombre.

Año adolescente, encerrado y mirando porno. Hoy me hice la mejor paja de la vida. Me acuerdo que cuando empecé a pajearme tenía 12 años. Ponía la alarma del reloj y tenía que acabar en 2 minutos. Por suerte, no quedé con el reflejo de eyaculación precoz. De hecho en mi primera vez, la mina me preguntó por qué no eyaculaba. Como que instintivamente supe que era mejor controlar la eyaculación. No sé si como Sting, pero efectivamente podía estar culeando por horas. En este año de porno y encierro, miro películas porque puedo estar una hora haciéndome una paja. A veces por aburrido y con el pene a medio filo. Diría que a un 70% de su capacidad. Pero hoy no. Con la mina de My Little Swallow se me puso duro como en mis mejores días. Vi un video de 30 minutos y acabé como hace mucho tiempo no lo hacía, estremecido y con un montón de semen. Me pasaron cosas con ella. Ella hace cosas que he experimentado y que siempre me ponen caliente, otras cosas que no he probado, pero que me tincan, y hace eso de la lengua en el prepucio, que no sabía que se hacía. No he encontrado videos en que le den por el culo, pero no importa, no es necesario.

En mi vida sexual o he tenido mucha suerte o las mujeres son muy mentirosas. A todas les he dado por el culo. Eso es curioso, una de mis ex era feminista en la universidad y disfrutaba mucho que le diera por atrás. Me decía que se sentía muy mía. Ahora la veo en los medios y no sé que opinará de su deseo por ser poseída. En la cama, a todas las mujeres con las que tuve sexo, les gustaba sentirse algo poseídas y algo ultrajadas. Instintivamente quieren un macho en la cama, que las use y las haga gozar. Es una forma de dominio: Uso, goce y disposición. Alguna vez leí que si el placer sexual es 10, 8 es para la mujer y 2 para el hombre. Es muy importante dominarlas en la cama, hacer que se olviden de sí mismas y se sometan a hacer cosas que no sabían que eran capaces de practicar. Cuando una mina dice que uno puede hacer cualquier cosa con ella, hay que tomarlo en un sentido literal.

Y soy como Rocco Siffredi, quizás no el más grande, pero con un enorme talento. Ahora tengo algo nuevo que hacer, en cuanto salga del encierro. Eso me ha dado una alegría, porque el sexo extremo de siempre me tenía un poco aburrido. Mi amiga polaca me ha vuelto a escribir, me ha dado lata responderle. Mi amiga italiana me tiene para el leseo, en su wsp puso una foto con el feo de su novio. El tipo no tiene ninguna gracia. Por otro lado, con quien tuve la primera experiencia sexual de mi vida, jugando a conocer el cuerpo del otro cuando éramos unos niños de 8 o 7 años, se acaba de separar. Nunca volvimos a vernos desnudos, pero siempre hubo una gran tensión sexual. Sus novios y su marido eran tipos totalmente descartables, siempre me tuvieron celos, pero nunca me la jugué por ella. Es la mujer más interesante y elegante que he conocido en mi vida. Quizás ahora, pisando los 40 años, sea el momento de hacer algo al respecto.

martes, 29 de septiembre de 2020

500 años

 El ancestro más remoto que está identificado en mi familia nació en 1528. Jobst Strebel. No tengo idea como denominarlo, ni en que grado de parentezco estoy. Otra rama de la familia tiene a Leonhard Boss, nacido en 1532, como el primer antepasado registrado. 

Esas dos familias quedaron vinculadas en 1740, con el matrimonio de Ambros Schmidt y Apollina Kiesel. Ambros Schmidt nació en 1713 y murió en 1744. Era hijo de Georg Schmidt y de Anna Catharnia Birngruber. Georg Schmidt nació en 1682 y murió en 1718. Su señora había nacido en 1689 y muerto en 1740. 

Georg Schmidt era hijo de Ambrose Schmidt y Margareta Boss. Margareta Boss era hija de Wilhelm Boss y Helena Margareta Kreuttner. Wilhelm Boss era hijo de Hans Boss y Maria Bueckhard. Hans Boss era hijo de Johannes Boss y Anna Goehs. Johannes Boss era hijo de Leonhard Boss (1532-1607) y de Margareta Webber (1532-1597). El padre de Anna Goehs era Leonhard Goehs (nacido en 1533)

Por su parte, Apollina Kiesel era hija de Johann Stephan Kiesel (1672-1732) y de Margarete Barbara Mossmeier (1691-1736). Johann Stephan Kiesel era hijo de Johann Georg Kiesel (n. 1646) y de Barbara Siler (n.1647). Johann Georg Kiesel era hijo de Georg Kiesel (1617-1687) y de Apollina Strebel (1608-1686). Georg Kiesel era hijo de Hans Kiesel (n. 1591). Apollina Strebel era hija de Jobst Strebel (1555-1611) y de Regina Renger (n.1580). El padre de Jobst Strebel tenia el mismo nombre y había nacido en 1528. 

Es curioso que las personas de los siglos XVI y XVII hayan vivido más que las nacidas en el siglo XVIII. Y yo, nacido en el siglo XX, sigo soltero y sin hijos. A esta edad no tengo otra opción que una mujer menor. Siempre fui tan agrandado, y las mujeres que consideraba muy chicas ya andan pisando los treinta años. Algunas se han casado. ¿Debería sentirme responsable?




 

martes, 25 de agosto de 2020

Esto es un mal déjà vu

 El asunto se ha complicado. Esto se parece a algo que ya he vivido. Era el 2009 y conocí por internet a una chica. Un par de años menor. Ambos teníamos blogs con harto movimiento y empezamos a conversar. Me gustaba. Creo que era mi escenario típico en el que la mina engancha conmigo y luego no hago nada más. Yo estaba caliente, hace un rato que no tenía una relación seria. Había estado saliendo con una actriz, con la que no pasó mucho y tenía una casera, o amiga permanente con ventaja. Esta mina de internet me había dejado algo loco, era atractiva y estudiábamos la misma carrera.

Ese era mi estado de ánimo cuando en un carrete empecé a agarrar con otra mina. Un par de años mayor que yo, rica, divorciada, con hijos chicos. Una artista gráfica condenada a trabajar en la empresa de su padre. Y por alguna estúpida razón me pegué el salto a ser padre sustituto. Algo que sabía que no correspondía. Pero pasó. Eso duró cuatro o cinco años y, bueno, sirvió para aprender.

Este año del coronavirus he estado chateando y con un par de videollamadas con una chica italiana. La conocí en mis estudios de posgrado. Es 13 años menor que yo, aunque en un par de años ella estará en la treintena y yo seguiré en el comienzo de los cuarenta. Nos conocimos en junio del 2019. Creo que le gusté, sin hablar mucho nos agregamos a facebook. Compartíamos un grupo enorme de WhatsApp, saqué su teléfono y le empecé a hablar. Soñaba con ella, en estos días da lo mismo que esté en Roma o a dos cuadras de mi casa, tampoco nos podemos ver. Lo triste es que en algún momento cambió su foto de perfil, aparece muy abrazada con un perico. El tipo no tiene mucho brillo. Es feo y medio porro. Ella le hizo la tesis. El debe tener alguna gracia, pero yo soy fantástico en todo sentido.

Y así, quedé caliente. Con ganas de conocer a alguien, de tener una relación. Armar una familia, casarme, tener hijos y si tengo suerte pasar la próxima mitad de mi vida con ella, o con alguien. En este calentura he instalado el pasaporte de Tinder. En Ucrania la cosa es increíble. Lleno de modelos, simpáticas y la app me avisa cuando le gusto a alguien. Ya tengo como 100 matches. Evidentemente, en ese número debe haber de todo. Con una de esas chicas empezamos a conversar en español. Ella habla el idioma y estaba trabajando en unas traducciones. Me pidió ayuda, le revisé el trabajo y hemos seguido conversando. Es media artista. No sé si fue a la universidad. No sé que edad tiene. Hoy hablamos dos horas, me gusta su voz, creo que también le gusto a ella. Entre muchas cosas me contó algunos asuntos que me dan mala espina.

Si pudiese elegir, me quedaría con mi amiga estupenda, la italiana, pero no me pesca mucho.

martes, 11 de agosto de 2020

¿Que falta?

 Hace unas semanas me pesé. Había subido 3 kilos, desde marzo a julio. Me estresé. Ahora no me he vuelto a pesar, pero tengo ansiedad y creo que he subido más todavía. Por primera vez durante esta pandemia, hay ropa que me está quedando apretada. Hoy espero dormir bien y no comer a medianoche.

Este día fue bueno. Me desperté a las 11. Tuve una reunión interesante de las 15 a las 16:30. Vendí acciones y gané algo de plata en la bolsa. Redacté dos escrituras y un recurso. Debería ser un buen día. Pero no me siento bien. Estoy muy aburrido con el encierro. No hablo con nadie. Entre abril y junio estuve pinchando con una compañera de posgrado. Ella es extranjera. Creo que tuvimos algo, al menos se preocupaba por mi. Debe haber regresado con su novio, nuestro asunto se enfrió y sería todo. Luego, empecé a conversar con una chica que conocí en una conferencia. Ella es modelo, pero no me gusta. Eso es extraño, porque es rica, pero su cara no me convence. Fue entretenido conocerla y compartir música. Una noche soñé con ella y era algo medio pesadillezco. 

Con mi compañera de posgrado soñé una vez, ella sí me gusta. Andábamos juntos, corriendo, organizando un congreso o algo por el estilo. También he conversado con una ucraniana que habla español. La he ayudado a traducir algunas cosas de su trabajo. Es piola, media hippie. De todas las minas ucranianas que he conocido, es una de las pocas con las que he hablado afuera de Tinder. Hablamos por el facebook. Sé muy poco de ella. No es de las más bonitas, pero tampoco es fea. Y hablamos el mismo idioma, lo que es una ventaja.

Con la mina que me gustó hasta el año pasado, cuando tuvimos un momento, pero no me porté del todo bien, he confirmado mis temores. Es muy chica. No conozco su fecha de nacimiento exacta, pero por la época en la que entró a la universidad, creo que tenemos unos 15 años de diferencia. Eso es demasiado. 

A mi ex la dejé en visto, no le he vuelto a responder. No fue de mala onda, sino que me escribió y yo ya estaba durmiendo. Y al día siguiente no le escribí, y así por más de dos semanas. También me escribe otra ucraniana que conocí en España. Es de las pocas mujeres que encuentro desagradables física y mentalmente. Es chica y no tiene ninguna gracia. Y es rara, me recuerda a una tía en Alemania. Es de esas mujeres que todo lo habla en forma literal y que si le dices que pasó un gato volando, lo cree. 

El viernes hablé por teléfono con dos amigos. No me gusta esto de los carretes por zoom, me parece que es una mala justificación para tomar trago. Yo estoy al borde de la depresión, no puedo lidiar con la caña y el alcohol, depresor del sistema nervioso central, me deja demasiado triste al día siguiente. Y bueno, llamé a un amigo, que estaba con otro, y nos pusimos a hablar. Ellos tomaban y yo no. Uno es un buen par de años mayor, con hijos y separado. El otro es solo un par de años mayor, soltero y sin hijos, como yo. Les contaba que el único lujo que me doy en estos días es pagar 25.000 por la versión plus de Tinder, que permite viajar por el mundo y saber cuando alguien me ha dado un like. Estoy estacionado en Ucrania, y solo saber que, aunque sea accidentalmente, le he gustado a minas tan bonitas, me sube el ánimo. 

Mis paseos por Chile me deprimen más. Es demasiada la fealdad de las chilenas que aparecen en mi Tinder. Supongo que habrán minas más ricas a las que no les he gustado. El algoritmo me pone a un nivel que es del terror. Y así se fue un buen día, que de alguna manera tengo que aprovecharlo para sentirme mejor. 

sábado, 2 de mayo de 2020

¿Estás viendo a alguien?

Una muchacha ucraniana tenía un chiste en su instagram, algo así como "Un chico me preguntó si estaba viendo a alguien. Pensé que me estaba invitando a una cita y le dije que no. Pero me respondió que debería ver a un psicólogo o a alguien por el estilo". Yo no estoy bien. Pero tampoco mal.

Estoy vivo, sano, con trabajo, haciendo lo que me gusta y desarrollándome. Tengo varias cosas a favor y algunos temas pendientes. Lo más pendiente que tengo es mi doctorado. No he avanzado nada con mi tesis. Y tampoco tengo muchas ganas, la mayor parte del tiempo no le encuentro sentido. Me gustaría estar en la primera línea contra el coronavirus, pero soy un académico de una área que no tiene nada que ver. En estos días de tele realidad, he regalado y organizado donaciones para varios equipos médicos. He importado y regalado mascarillas y protectores faciales. Pero no me saco fotos haciendo las donaciones. ¿Realmente las he hecho?

Han pasado casi seis años desde que volví a la casa de mi mamá, y he pasado doce meses viviendo en el extranjero durante este tiempo. Este año planeaba recuperar mi independencia, pero vino la cuarentena y me quedé acá encerrado. Tengo que salir para poder sobrevivir. Había encontrado un departamento ideal para cuando termine la cuarentena, pero van a operar a mi hermana así que me quedaré unos días más por acá. Ojalá siga disponible para cuando pueda salir. 

Y el gran tema de mi vida en estos días es que soy un imbécil. Cuando terminé con mi ex, el 2015, me prometí no tener nunca más sexo sin sentido. A diferencia de mis amigos, que tuvieron una o dos pololas y se casaron, me he acostado con muchísimas mujeres. Entre los 17 y los 34 ya no me acuerdo cuantas fueron. En una cama, en un auto, en un bosque, en un baño. Y me dejó de interesar el sexo casual. Desde entonces, he tenido sexo solo con tres mujeres. Una era una ex, otra fue dentro de una especie de relación y otra era una azafata brasileña, pero eso es una historia aparte. 

Esa especie de relación que tuve y que ha incluido encuentros esporádicos, siendo el último hace ya un par de meses, estuvo bastante buena. Ella era una mujer increíble, en la cama nos llevábamos muy bien y es una excelente persona. El problema es que tenemos vidas muy distintas y no tengo ninguna compatibilidad con su familia.

Sí, estoy buscando una mujer para pasar los próximos cuarenta años de mi vida, si tengo suerte. Tener un par de hijos y vivir esa vida. Y acá estoy, solo y masturbándome a ritmo de adolescente. Es más, mirando las mismas películas porno de Rocco Siffredi de comienzos de siglo. Las mismas pajas mirando a Rita Faltoyano, Suzie Carina y toda esa colección de eslavas preciosas que miraba cuando era un mechón.

No entiendo cual es mi problema. Como que cuando las cosas empiezan a ir bien, hago algo y lo hecho todo a perder. Si yo me describiría diría que soy de lo mejor que se puede encontrar. Soy una persona de buenos sentimientos, nunca he sido infiel, tengo algo de plata, buena posición social, un trabajo prestigioso. Soy blanco, tengo el pelo claro, un físico normal, ni gordo ni flaco. Los abdominales algo marcados, buenas piernas y todavía me queda algo de glúteos. Tengo un buen pedazo de pico y todas han gozado mucho conmigo. Sé como manejarme en la cama. Pero no hablo de eso, es como un talento oculto. Físicamente, me habría gustado haber crecido algo más. Cuando niño tuve problemas de crecimiento, pero según los mejores médicos del país, no había nada raro. En algún momento iba a desarrollarme y crecería hasta 1.83, como buena parte de mi familia. Algo pasó y me faltaron 10 centímetros. No es tan poco, pero en mi entorno social soy de los más bajos. Cuando no crecía ya no tenía papá y dejé de ver a esos médicos que me decían que no habría problemas. Si pudiera cambiar algo de mi persona sería eso. Aunque con los viajes en avión he llegado a valorar no tener las piernas más largas, creo que tiene algunas ventajas. Pero bueno, uno de mis compañeros es un tipo grandote, típico macho alfa. Y habla y habla de su sexualidad. Dime de qué presumes y te diré de que careces, pienso yo. Y al revés, en mi caso, con cara de niño, estatura totalmente normal, bien portado, apostaría que las mujeres piensan que soy malo en la cama. Quizás parte de mi éxito en esa materia sea que ellas van con pocas expectativas. La cara de sorpresa que tienen cuando me ven el pico erecto es notable. Pero si yo anduviera haciéndome propaganda, quizás no se produciría el mismo efecto. Tampoco es que lo tenga tan grande como Rocco u otro actor porno. Pero creo que lo tengo del largo y grueso ideal. En general con todas he podido tener sexo de todo tipo y en todas las posiciones, salvo a unas pocas a las que les dolía que las penetrara de cierta manera. 

Pero estoy solo. Y soy un imbécil que no sabe seducir. Siempre las mujeres vinieron a mi y todo fue muy fácil. Claro, eso incluye haberme acostado con varias que no me gustaban mucho. Como que siempre me he hecho el tonto. Me he tirado a más mujeres de las que me gustaría y muchas de ellas no valían la pena. Ese tipo de mina tiene sus tácticas. Se ofrecen, y dan vueltas hasta que algún día uno está aburrido y caliente y terminaba encamado con una de ellas. Pero me dije que ya no más y me he mantenido firme, a pesar de que algunas me escriben y me preguntan si acaso no seré gay. Lo normal es que un hombre salga a tirarse cualquier mujer que tenga por delante.

Tampoco se trata de que siempre me haya ido bien. Tiré con muchas que no me gustaban mucho y no pude hacer nada con varias que sí me gustaron harto. Lo más patético, es que todas las mujeres que me gustaron me dieron una oportunidad. Con todas pude salir, hablar, me dieron sus teléfonos. Pero como ellas eran maravillosas, se hacían esperar. Era mi responsabilidad como macho llegar a tirar con ellas y yo estaba muy acostumbrado a que ellas vinieran a mi. Así que mi lista de pendientes quedó muy larga. 

Estos meses de cuarentena he estado hablando con una amiga italiana. Eso y nada más. Activé el Tinder Gold y paseo por todo el mundo. En Ucrania está lleno de mujeres preciosas. Osea, primero, son mujeres. Además, son preciosas. Son mujeres, tienen fotos con vestidos. Se ven muy pocas con esos horribles jeans de rodillas rotas. Ese tipo de pantalón es para pedófilos, solo las niñas y niños que están aprendiendo a caminar se rompen las rodillas cuando tropiezan. Ese tipo de pantalón simboliza una búsqueda de la eterna juventud que se ha convertido en búsqueda de la eterna infancia. Arbitrariamente, diría que son admisibles en chicas de hasta 23 años. Luego de esa edad, son mujeres y se ven muy mal. Bueno, por toda Ucrania, desde Odessa a Jersón, de Kyiv a Karkhiv, de Mykolaiv a Leópolis, he encontrado mujeres. Tengo 44 matches. Hoy una me saludó por instagram, estuvimos conversando un rato. Está aprendiendo español y es diseñadora. En un momento le hice una pregunta y sin esperar su respuesta bajé a tomarme un café. Cuando volví a tomar el teléfono, me había respondido inmediatamente. Cuando retomé la conversación habían pasado 15 minutos y no me volvió a replicar. 

Esta mañana también estuvo mal en el lado de Chile. Hace unos días facebook me sugirió un contacto. Era una de esas mujeres con las que pude tener algo y no pasó nada. Ella debe haber pensado que yo soy un imbécil. Era preciosa, cuatro años menor que yo, su mamá había sido muy amiga de la mía, aunque había muerto de cáncer. Nos juntamos un par de veces hace muchísimos años, durante algunos meses en un período entre el 2001 y el 2003. La agregué y me aceptó. Ahora es abogada, como yo. En algún momento nos habíamos reconectado, por facebook, en la primera cuenta que tuve y que cerré cuando tenía más de 2000 contactos. Había visto que tenía pololo, ponía sus cosas con él. Como dije, es de las mujeres más lindas con las que perdí mis oportunidades. Un poco más alta que yo, blanca, tenía pecas y pelo negro. Ojos claros y nariz respingada. Le gustaba Robbie Williams y me contaba cómo eran sus reuniones familiares. Era la menor y tenía dos hermanos mayores. En fin, ahora miré en sus fotos y no había mención a nadie más. Hoy la saludé y empezamos a conversar. Le dije que quizás cuando termine todo esto podríamos tomarnos un café. Ella no me respondió a eso, pero siguió con la conversación. Se dedica al derecho de familia y bromeé con ella sobre que va a tener mucho trabajo cuando termine la cuarentena. Me dijo que por su lado el matrimonio ha aguantado bien. Fantástico, está casada. Y yo soy un imbécil. Podría estar escribiendo en veinte años más y decir que nunca me metí con una mujer casada. Como si los matrimonios no se acabaran porque aparece otro. Me acabo de dar cuenta de mi imbecilidad al escribir esto. Soy un círculo de oportunidades botadas. 

Y bueno, se acabó la mañana. Ayer volvió la nana. Ya almorzamos en el comedor de diario. Todos en pijama. Me voy a afeitar, duchar y me pondré a trabajar. Tengo que terminar un artículo y unas tareas del doctorado. Quizás me tome una dosis de 0,125 mg de clonazepam, que me quedó desde el 2017. Aún no vencen. Hace unas semanas, en plena crisis familiar, había vuelto a tomar esa dosis. Al tercer día me dio un estado de euforia tal que estuve una hora haciendo ejercicio. Me jodí la espalda, pero me sentía lleno de energía. Por unos días no pensaba en esta necesidad vital, tan humana, de procrearse en tiempos de tragedia. Dentro de las cosas que puedo rescatar es que volví a escribir poesía, de nuevo con algunos comentarios favorables, y que he vuelto a leer a Jorge Teillier. Actualmente su poesía me hace mucho sentido. Estos poemas son maravillosos:

"El día del fin del mundo
será limpio y ordenado
como el cuaderno del mejor alumno.
El borracho del pueblo
dormirá en una zanja,
el tren expreso pasará
sin detenerse en la estación,
y la banda del Regimiento
ensayará infinitamente
la marcha que toca hace veinte años en la plaza.
Sólo que algunos niños
dejarán sus volantines enredados
en los alambres telefónicos,
para volver llorando a sus casas
sin saber qué decir a sus madres
y yo grabaré mis iniciales
en la corteza de un tilo
pensando que eso no sirve para nada.

Los evangélicos saldrán a las esquinas
a cantar sus himnos de costumbre.
La anciana loca paseará con su quitasol.
Y yo diré: “El mundo no puede terminar
porque las palomas y los gorriones
siguen peleando por la avena en el patio”.




CUANDO TODOS SE VAYAN


a Eduardo Molina Ventura

Cuando todos se vayan a otros planetas
yo quedaré en la ciudad abandonada
bebiendo un último vaso de cerveza,
y luego volveré al pueblo donde siempre regreso
como el borracho a la taberna
y el niño a cabalgar
en el balancín roto.
Y en el pueblo no tendré nada que hacer,
sino echarme luciérnagas a los bolsillos
o caminar a orillas de rieles oxidados
o sentarme en el roído mostrador de un almacén
para hablar con antiguos compañeros de escuela.

Como una araña que recorre
los mismos hilos de su red
caminaré sin prisa por las calles
invadidas de malezas
mirando los palomares
que se vienen abajo,
hasta llegar a mi casa
donde me encerraré a escuchar
discos de un cantante de 1930
sin cuidarme jamás de mirar
los caminos infinitos
trazados por los cohetes en el espacio.


DESPEDIDA

…el caso no ofrece
ningún adorno para la diadema de las Musas.
Ezra Pound

Me despido de mi mano
que pudo mostrar el rayo
o la quietud de las piedras
bajo las nieves de antaño.

Para que vuelvan a ser bosques y arenas
me despido del papel blanco y de la tinta azul
de donde surgían ríos perezosos,
cerdos en las calles, molinos vacíos.

Me despido de los amigos
en quienes más he confiado:
los conejos y las polillas,
las nubes harapientas del verano,
mi sombra que solía hablarme en voz baja.

Me despido de las virtudes y de las gracias del planeta:
los fracasados, las cajas de música,
los murciélagos que al atardecer se deshojan
de los bosques de casas de madera.

Me despido de los amigos silenciosos
a los que sólo les importa saber
dónde se puede beber algo de vino
y para los cuales todos los días
no son sino un pretexto
para entonar canciones pasadas de moda.

Me despido de una muchacha
que sin preguntarme si la amaba o no la amaba
caminó conmigo y se acostó conmigo
cualquiera tarde de esas en que las calles se llenan
de humaredas de hojas quemándose en las acequias.

Me despido de una muchacha
cuyo rostro suelo ver en sueños
iluminado por la triste mirada
de trenes que parten bajo la lluvia.

Me despido de la memoria
y me despido de la nostalgia
—la sal y el agua
de mis días sin objeto—

y me despido de estos poemas:
palabras, palabras —un poco de aire
movido por los labios— palabras
para ocultar quizás lo único verdadero:
que respiramos y dejamos de respirar.

lunes, 6 de abril de 2020

¿A quien?

¿A quien decirle que si me da grave este coronavirus no quiero que me salven?
No quiero un ventilador mecánico ni aparatosas maniobras de resucitación. No siquiera no sufrir. A lo mejor este coronavirus es mi oportunidad de morir, ya que no me puedo matar a mi mismo.

El final del año pasado fue horrible en lo social. El país quemándose y partido en dos. Y este comenzó igual de mal, con la decisión más estúpida del año. Me demoré mucho en decidirme a arrendar un departamento y esta cuarentena me encontró, de nuevo, en la casa de mi mamá. Con mi hermana que está enferma y mi hermano que es un inútil. Lo único que se puede rescatar es que pude hacer las compras y esta familia tiene para meses de provisiones y mascarillas.

Estoy tan aburrido de mi vida que esta podría ser mi salida. Y todo se puede ir a la misma mierda. Ni siquiera tengo algo de optimismo. Hasta ayer tenía la meta de irme de la casa, esperando que la tercera sea la definitiva.

Estoy más que agotado, puedo morir y no tengo ningún incentivo para vivir. No es que todo me dé lo mismo, sino que no hay nada. Mis hermanos no son malos, pero una tiene una especie de retraso y el otro es un inútil cobarde y maricón. Si me muero mi mamá será mi única heredera. Eso está bien, pero lo terrible es que, eventualmente, mi hermano la heredará a ella. Esa idea me molesta mucho. Este par de huevones no se preocupa de nada. Yo saqué plata de mis ahorros para comprar un ventilador mecánico si fuera necesario, pero el par de brutos no hace nada. No sé si son tontos o miserables. Creo que mi hermana es tonta y que mi hermano es tonto y miserable.

Y acá estoy, sin poder hacer ejercicio. Haciendo teletrabajo solo por audio, dictando órdenes acostado en pijama, sin ganas de lavarme los dientes o afeitarme. Menos de ducharme o vestirme.

Hace unos días reinstalé Tinder con la versión de pago, y por la cresta que son feas las chilenas. Las que no son feas son cuicas. Y las cuicas son terribles, ya vengan en la versión hippie progre o en la versión cuica-cuica. He turisteado en todo el mundo. Las que más me gustan viven en Ucrania. Son muy bonitas las ucranianas. Tengo ene matchs, deben ser putas.

En España, en mi zona al menos, diría que el 80% tiene un anillo en la nariz. Las peores tienen uno que pasa por los dos orificios, parecido al que se les pone a las vacas en el campo. Y esos putos tatuajes enormes. No tengo tantos problemas con un tatuaje discreto. Una estrellita en el antebrazo. Bien. Algunas se ponen uno en todo el brazo, en la zona del hombro, o en todo el muslo. Lo encuentro del peor gusto posible. Me da asco.

Todo está podrido. Estoy atrapado en una vida de mierda, en una ciudad de mierda, en un país de mierda.