domingo, 7 de abril de 2024

Casi un buen día

El viernes fui a una comida de la universidad. Solo. Iba a haber compañeros, al menos, una amiga. Me encontré con otras compañeras y me dijeron que mi ex amiga también iba a ir. Había una mesa con extranjeros, en esa estaba sentado el que creo que es su nuevo novio. Busqué otra mesa, en la que estaban dos de cuatro gringos con los que he salido de fiesta. Me senté con ellos, pero aun quedaban sillas desocupadas.

Al rato llegó mi ex amiga con otras compañeras. Se fueron directo a mi mesa. Ella quedó sentada al frente mío. La saludé con una mueca. Ella estuvo chateando toda la velada. Después de la comida la cosa iba a seguir en un bar. Yo quedé solo, para variar. Aproveché de irme.

Este sábado una chica chilena, futura abogada con la que tuve una cita el 2022, y que se supone iba a venir a verme a EEUU en mayo (pagaba yo), me contó que le faltaba plata. Hace unos días yo probé sus intenciones y me dijo que no tenía interés romántico en mi. Noté que se molestó porque no me ofrecí a pasarle plata. Me dio lo mismo.

Cuando estuve pensando seriamente en suicidarme estuve borrando mis fotos de perfil en redes sociales. Un amigo psicólogo se dio cuenta. Me preguntó por mi ánimo. Le contó a otro amigo en común, que viene a Las Vegas en un par de semanas. Ese amigo en común fue uno de mis mejores amigos durante mi adolescencia, aunque hace muchos años que no lo veo más que un par de veces al año. No me gusta el adulto en que se convirtió. Es una mala persona. Este sinvergüenza me ha insistido en que vaya a Las Vegas y que él paga el alojamiento…, pero eso es nada ya que de todas maneras tiene que pagar un hotel. Le dije que no, por tiempo y plata. Sigue insistiendo.

Me sentía bien. Después hablé con la mamá. Luego estaré de cumpleaños y me quiere enviar plata. Conversamos como una hora. Le conté de mis peripecias en la universidad. Como académico el 2014 estuve en el 0,5% más destacado del mundo en mi disciplina. Me preguntó si desde entonces había mejorado mi posición. Le conté de esta ex amiga, y la mamá se puso del lado de ella.

Ya era de noche. Fui a la universidad a terminar un paper a eso de las 11 de la noche de sábado. Cerca de de las 2 volví caminando. Escuché que me llamaban desde un estacionamiento. Era un compañero cuyo nombre desconozco, muy alegre por verme. Mi vida acá está llegando a su fin y parece que sí hay gente que me tiene estima. Tarde.




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