sábado, 21 de abril de 2018

Mis putas.

La primera vez que me acosté con una mujer fue en París. Yo tenía 17 años y andaba en mi Grand Tour por Europa. Barrio Rojo. La historia tiene muchos detalles pero éstas no son mis memorias. Sólo diré que fueron dos mujeres en una noche. El primer condón que vi en mi vida estaba en la boca de la negra que me lo estaba poniendo con sus labios. 

Ayer tuve un match de Tinder con una mina exquisita. Empezamos a conversar, de inmediato me pide el Whatsapp. Es una escort. Hace dos años, también afuera de Chile, conocí a una mina en otra app. Era escort. En estos últimos años he conocido a varias prostitutas fuera de su ambiente. Son mujeres como todas, no todo el tiempo lo dedican a su trabajo. Parafraseando a Freddie Mercury, muchas veces tuve las ganas de llevar a una puta a la ópera. 

Soy un tipo relativamente guapo, estoy matando en Tinder pero me llama la atención tener esto de las prostitutas. Tengo el Whatsapp de cuatro profesionales del sexo. Con dos he tirado, con otra fueron un par de besos y con la última no ha pasado nada. ¿Tengo algo de Richard Gere? Si el comercio sexual es ejercido en forma voluntaria por mujeres adultas, no puedo tener algo en contra de eso. 

A lo lejos ya veo mis 40 años. Como un chileno privilegiado tuve acceso a computadores desde niño y a internet desde 1994. Osea, internet ha estado presente en más de la mitad de mi vida. Y vaya que se notan cambios. Antes de la internet, ver tetas era toda una odisea. Había que recurrir a los primos más viejos para que prestaran una película porno en VHS de mala calidad. Algún compañero de curso podía llegar con una revista explícita y la miraríamos con complicidad preadolescente. Con internet ya hubo mayor acceso a fotografías. Esperábamos horas para lograr una descarga completa de un miserable archivo JPG. A veces eran GIF con movimiento. Hoy basta entrar a Instragram para ver chiquillas practicamente en pelota, haciendo el famoso twerking y es casi lo mismo. ¿Serán todas putas?

Coco Legrand tenía un chiste sobre que las putas ya no sabían cual prenda recortar para distinguirse de las otras mujeres. La marca de la prostitución. Como dice el gran Charlie Sheen, no se les paga a las putas para acostarse con ellas sino para deshacerse después del sexo. En Tinder se ponen rosas o emoticones para marcar la cantidad de euros que cobran. La reinvención de esos códigos clandestinos me llama la atención. Los chistes sobre que tal mina trabaja en LAN..porque era "delan_biente" son conocidos. Conocida es una familia formada por un terrateniente y una ex bailarina (prostituta). ¿Acaso todas las mujeres son un poco putas o todas las putas son un poco mujeres? Cuando con esa vulgaridad tan chilena las mujeres hablan de "cortar el agua" porque el marido se portó mal y lo castigan sin tener sexo, ¿de que están hablando? ¿Acaso el sexo es un premio? 

Hasta una época me acordaba con detalles de cada una de las mujeres con las que me había acostado. Hoy solo tengo una idea aproximada del número de ellas. Todas las modelos con las que he salido, ¿serán un poco putas? ¿Cuan importante es la diferencia entre vender el cuerpo y vender la imagen del cuerpo? La mujer que tiene sexo a cambio de cosas, ¿es a la prostitución lo que la permuta es la compraventa?

Es natural que la mujer quiera que el padre de su prole tenga los medios para mejorar su posición en la vida. ¿Acaso los hombres buscaremos mujeres que cumplan con el cánon de belleza para asegurarse que en caso de viudez o necesidad ellas podrán sacar adelante a la prole usando su cuerpo? Las mujeres que aman a un hombre pero se casan con otro, ¿que tan putas son? 

Volviendo a Instagram, veo cuentas de mujeres cuya única gracia es subir fotos con promesas de sexo y que tienen 170 mil seguidores. Nunca he entendido a los babosos. No entiendo los epítetos de "diosas" que se les prodigan a mujeres atractivas. A fin de cuentas, como decía mi padre Don Rajadiablos, "no hay cristiana fea". 


 

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