viernes, 27 de junio de 2014

Noche de jueves y tarde de viernes.

Mis últimas veinticuatro horas han sido fenomenales. Extraordinarias. Había quedado de juntarme con dos buenos amigos, finalmente nos reunimos seis. Tomé una cantidad razonable de alcohol, dos cervezas y tres cócteles especiales que sólo yo puedo tomar y que básicamente es trago+trago+trago. Hace unos meses, en ese mismo pub tomé seis u ocho de estos cócteles, que también gustaban mucho a Luis Buñuel y quedé en estado sub perro andaluz. Anoche en cambio, sólo con tres, quedé como un burgués encantador. 

Cuando terminó la velada, definimos donde continuar el jolgorio. La disyuntiva era el casino, donde podríamos tomar algunos tragos más, o el mejor night club de la ciudad. Cuando jóvenes universitarios íbamos con relativa frecuencia, nos alcanzaba para la entrada y mirar el arte. Nada de tocar. Anoche en cambio, le invité unos copetes a una mina. Bonita, extranjera, simpática y culta. Estábamos conversando, dándonos unos besitos, algún toqueteo piola (antes de todo, soy un caballero), y de repente un amigo saca su celular. Ella aprovecha la situación para decirle que anote su teléfono, para que yo la pueda llamar. Mi amigo, muy vivo y diligente, lo anotó a la perfección y me lo envió. Cuando volví a mi casa, le envié un sms y me agregó a wasapp. Me había contado de su interés por conocer Villarrica y Pucón. Yo tenía que trabajar. Cuando eran las cinco de la mañana me fui a dormir. Tres horas. Me desperté como pude, en el night club el cover había sido una linterna, así que me vi coercionado a tomar pisco, lo que me hace muy mal. Logré ducharme, medio tiritón. Mi jefe me pasó a buscar. Estaba resfriado así que tuve que manejar yo. El viaje fue sin novedad. En la oficina me metí a wasap y hablé con ella. Recién se estaba despertando a eso de las doce. Hablé con mi jefe, ya habíamos terminado lo que teníamos que hacer. Estuvo de acuerdo en retornar pronto. Le avisé a ella y le dije que me esperara, que yo la llevaría a conocer la zona.

Manejé más que rápido. Le había pedido a la nana de mi madre que me preparara una sopa. Tomé el puro caldo. Me volví a duchar e hice algo que quería hacer hace mucho tiempo pero a mi ex no le gustaba la idea. Me depilé parte del vello púbico. 

La pasé a buscar y su amiga también tenía ganas de pasear. No era problema. Así que pasé toda la tarde con ellas. Con mi amiga nos besamos y un poco más. Increíble compartir con ellas, sin etiquetas, sin transacciones, sino como personas que podrían llegar a ser amigos. Fantástico.

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